Julio Llamazares en Olibán
Quizás solo sean momentos fugaces, pequeñas conversaciones, alguna risa sincera y una buena tarde de sol.
Tal vez merezca la pena compartir una vespertina jornada de octubre, unas palabras y unos instantes de felicidad.
Pero de lo que estoy seguro es que, a veces, se logra la felicidad y la osmosis literaria fluye.
(En la foto Pilar Benítez con Julio Llamazares)
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