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remenches dende l'aldo galligo

Majenzia

Majenzia

A veces la investigación tiene un punto de belleza.

Se trasforma a los ojos del (re)descubridor como un objeto precioso que muestra, cual flor marchita, los perdidos encantos que atesoró. 

Este fichero, tal como lo fotografíe en enero, fue concebido para ser admirado; por ello, su visita en tierras vecinas, despertó en nosotros un halo de destellos que nos llevan a ese mediado del siglo XIX y a una época que nos regala alegrías en las que otras personas trabajaron.

Nuestro próximo trabajo, el primer libro conjunto con Pilar, verá la luz en noviembre. Esperemos estar a la altura los que hoy seguimos su camino y nos toca dignificarlo. Se lo debemos a las que, como Pepita, pusieron mucho cariño a nuestra tierra aragonesa y nos legaron sus flores marchitas.

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